Si estas fortalezas colectivas de las que nos enorgullecemos pueden resolver nuestro declive, ¿no lo habrían resuelto ya?
Incluso con todas estas historias de éxito, sé que hay mucho más que podríamos hacer. Cada parte de nuestra denominación necesita una estrategia de crecimiento.
Cuando reducimos con nuestras palabras a una persona hecha a imagen y semejanza de Dios a un objeto de burla en nuestras mentes y corazones, la hemos hecho menos humana.
Cuando observamos el mundo actual con todos sus problemas, desde las guerras y el racismo hasta el aborto y el cambio climático, nos sentimos tentados a perder la esperanza.
Actualmente, las congregaciones que cuentan con diversidad se están volviendo cada vez más comunes en la Iglesia Cristiana Reformada.
Necesitamos buscar a las personas y, mediante un proceso de compromiso mutuo, hacer surgir la chispa depositada en ellas por el poder del Espíritu Santo.
A través de los años el término "evangélico" en América del Norte, especialmente en los Estados Unidos, ha adquirido un significado que va más allá de sus raíces históricas.
Comprometámonos por cultivar algo de disciplina dentro de nuestra vida espiritual y de oración este año.
Es cierto que Dios no muestra parcialidad ni favoritismo (Rom. 2:11; Ef. 6:9). Pero Dios tampoco borra nuestras diferencias étnicas o raciales. Debemos evitar los dos extremos.
No es necesario que temamos la discusión abierta.
Cuando las palabras tienen significados diferentes, se demuestra una ruptura en la comunidad.
Creo que los cristianos no han reflexionado suficientemente sobre el significado radical de la historia de los "sabios".
Es el tiempo para recordar, honrar y orar por los cristianos perseguidos.
Muchos de nosotros tenemos sentimientos encontrados.
El contexto lo es todo.
Ambas albergan un resentimiento latente ante percepciones de desprecios y maltratos. Y pareciera que a ambas, les encantaría castigar a la otra por varios medios.
En medio de todo este cambio y caos social, la iglesia se mantiene a la altura.
Durante todo el ascenso, me preguntaba si debería decir algo. Temía enfrentarme al hombre.
Este es un peligro para las personas de todas las ideologías políticas, desde los conservadores hasta los progresistas, desde los anarquistas hasta los creyentes en las teorías conspirativas.
El Dios que nos guía por los caminos correctos también nos guía por los valles más oscuros.
Cuando reflexionamos sobre las experiencias de nuestras vidas, a menudo queda claro que Dios tenía un plan más grande en mente.
La Biblia está repleta de ejemplos de alianzas y exhortaciones a trabajar juntos en todas las cosas.
Nos exhortaría a enfrentar estos retos con el pleno conocimiento de que el Dios al que servimos sigue teniendo todo bajo control.