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Mateo 2:13-15 narra cómo María y José huyeron a Egipto tras el nacimiento de Jesús. En este pasaje vemos reflejos del amor de Dios por su pueblo, Israel, y de su llamado a que salieran de Egipto, justo como se relata en el libro del Éxodo. Pero también vemos que Jesús y su familia terrenal experimentaron las penas de la vida en una tierra difícil. Experimentaron la falta de hogar y la persecución, y, al menos durante un tiempo, fueron inmigrantes en una tierra extraña. Esta realidad me reconforta cuando observamos a la iglesia de hoy.

Es fácil ver las noticias y sentirse desanimado. El ritmo de las catástrofes naturales y aquellas provocadas por el hombre parece ir aumentando, interrumpiendo el shalom de Dios que todos anhelamos. En medio de esto, vemos a gente huyendo de sus países y esforzándose por encontrar paz y seguridad donde sea que puedan.

La Iglesia Cristiana Reformada es un microcosmos de la iglesia universal, y en ella vemos destellos de la obra de Dios manifestándose en la realidad actual. Vemos cómo las iglesias locales crecen en diversidad, cómo las congregaciones se acercan a sus comunidades, cómo se plantan nuevas iglesias y cómo son defendidos y atendidos los inmigrantes y refugiados. Doy gracias a Dios por los hermanos apasionados, en la ICRNA y fuera de ella, quienes muestran un profundo amor por su prójimo con estas acciones.

En esta edición, podrá ver una imagen de la creciente diversidad de la ICRNA. Entre nuestras poco más de 1,000 iglesias en Canadá y Estados Unidos, más de 330 iglesias se auto-identifican como multiculturales o predominantemente minoritarias. La mayoría de las nuevas iglesias en nuestra denominación se encuentran en esta categoría.

Esta diversidad es motivo de celebración, al igual que la unidad que encontramos en nuestra pasión compartida por el reino de Dios y nuestro compromiso mutuo de alcanzar a otros en las comunidades donde Dios nos ha sembrado.

Ahora que la iglesia universal se adentra a la temporada navideña, los dejo con la oración de Jesús por sus discípulos poco antes de su arresto: "No ruego solo por estos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí." (Juan 17, 20-23).

Que podamos vivir la realidad de la oración de Jesús y su anhelo por nuestra unidad en comunidad.

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