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En el mundo médico, el síntoma que hace que una persona busque ayuda de un médico, terapeuta u otro proveedor es el síntoma primario. Sin embargo, puede haber problemas subyacentes desconocidos por el paciente que causen ese síntoma primario que presenta el paciente. Por ejemplo, puedo quejarme con mi médico de un dolor de cabeza crónico. Ese es mi síntoma primario o el problema presente. Pero mi problema subyacente podría ser un tumor cerebral.

Similarmente, como denominación, tenemos muchos problemas que están presentes en este momento, problemas desde la división sobre cuestiones LGBTQ+ hasta los enfoques antirracistas, entre otros, y hemos centrado nuestra atención colectiva principalmente en estos problemas presentes. ¿Pero qué tal si tenemos algunos problemas subyacentes graves que no hemos abordado?

En editoriales anteriores, he identificado nuestro orgullo espiritual e intelectual, nuestra necesidad de un avivamiento espiritual holístico, una fe excesivamente intelectual que asume que existen soluciones intelectuales para todos los problemas, la domesticación de las Escrituras para confirmar nuestras agendas y sesgos, y un hiperenfoque en la conformidad religiosa externa en lugar de la transformación espiritual interna, por nombrar algunos. Si no resolvemos nuestros problemas subyacentes en la Iglesia Cristiana Reformada, nunca resolveremos nuestros problemas presentes. Aun si pudiéramos ponerle fin de una vez por todas al debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, alguna otra cuestión nos polarizará y dividirá si no abordamos nuestros problemas subyacentes. Ayer discutíamos sobre mujeres en el oficio eclesiástico; hoy es sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo; mañana será otra cosa. Siempre nos pelearemos por algo si no afrontamos y resolvemos nuestros problemas subyacentes. Hasta donde yo sé, los hemos ignorado colectivamente.

No podemos simplemente culpar a los supuestos "liberales" por un lado o a los supuestos "conservadores" por el otro. A mi juicio, todas las partes de los debates comparten los problemas subyacentes. En base a mi experiencia, parece que demasiados lectores no pueden o no quieren ver más allá del reflejo de sus lentes partidistas al leer para poder ver como mis editoriales diagnostican problemas espirituales compartidos. Eso en sí mismo es un síntoma de un gran problema. Para estos lectores, la mayor parte de lo que he escrito se proyecta, filtra e interpreta a la luz del partidismo polarizado y de las "guerras culturales" de Estados Unidos. Todo se lee haciendo la pregunta "¿Estás a favor o en contra de nosotros?". Yo preferiría que la gente preguntara: "¿Estás a favor de Cristo o en contra de Cristo?". A eso respondería: "Siempre he tratado de ser un servidor de Cristo".

He aquí hay otro problema subyacente: sospecho que los bandos hostiles en la ICRNA tienen diferentes cosmovisiones operantes. Digo "operante" porque todos podemos adoptar una teología o visión del mundo determinada, pero la que realmente opera en nuestras posturas y prácticas base puede ser otra diferente. ¿Acaso están gravemente infectadas nuestras cosmovisiones operantes por ideas no bíblicas?

Incluso el concepto de cosmovisión es polémico. Los cristianos tienen diferentes explicaciones de lo que cuenta como una cosmovisión bíblica. Y sí, el concepto de cosmovisión también se ha convertido en un arma en nuestro mundo polarizado.

Me temo que no conozco exactamente el camino a seguir. Pero sé que Dios, que nos tiene en sus manos, conoce el futuro y el camino. Y nuestra confianza está en Dios

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