Skip to main content

Estimados lectores, este es, tristemente, mi último artículo. He renunciado en protesta por la decisión del Sínodo de cambiar el mandato de The Banner (ver p. 35).

Aunque renuncio en protesta, no guardo rencor ni estoy enfadado. Por supuesto que estoy decepcionado, pero he pasado por un proceso de discernimiento. Tras orar y mantener conversaciones por separado primero con mi esposa y luego con otras cinco personas sabias, entre ellas mi pastor, tomé mi decisión unos días después de que terminara el sínodo.

Esta decisión no es un reflejo del maravilloso apoyo y trabajo del personal de The Banner, del personal y los líderes de la Iglesia Cristiana Reformada, ni de los muchos voluntarios que sirven en varios niveles de gobierno.

He renunciado por tres razones principales. En primer lugar, he discernido que Dios me está liberando de mi servicio como editor en la ICRNA. Dios me dio una clara visión de mi postura editorial y de mi liderazgo como buscador de la paz al ponerme en medio de múltiples voces polarizantes. La decisión del Sínodo 2025, con una mayoría abrumadora, dejó muy claro que esa postura y ese liderazgo ya no son deseados ni requeridos. Dado que no siento que Dios me esté pidiendo cambiar mi postura ministerial, sólo puedo suponer que Dios me está liberando de este llamado y llamándome a servir en otro lugar. No sé dónde en este momento, pero confío en la providencia de Dios.

En segundo lugar, renuncié en protesta por la decisión. Considero que la decisión del sínodo impide que se compartan posturas diversas, una decisión que no creo que ayude a la salud espiritual colectiva de la denominación a largo plazo. ¿Cuándo y por qué nos hemos vuelto tan inseguros espiritualmente? Creo en el poder de la Palabra de Dios y en la verdad para cumplir los propósitos de Dios (Isaías 55:11). Confío en la obra del Espíritu Santo. No necesito escudar o respaldar la verdad de Dios silenciando posturas diferentes. Hacerlo sugiere inseguridad en lugar de confianza en la verdad de Dios.

Creo que esta decisión también limita la libertad editorial, aunque no la elimina por completo. Por mi integridad personal, considero que debo renunciar en señal de protesta. Esta opinión es solo mía. Respeto plenamente la decisión de nuestro personal de The Banner de quedarse. Seguirán comprometidos a ofrecer la misma calidad periodística bajo el nuevo mandato. Para ello, necesitarán su apoyo y comprensión.

Por último, pero no menos importante, he renunciado a este puesto por la salud espiritual de mi esposa e hijas a largo plazo. Considero que no es bueno para ellas que siga desempeñando este puesto en estas condiciones. Antes de que Dios me llamara a ser editor, me llamó a ser esposo y padre.

Lamento que esto llegue en un momento difícil para The Banner y para el personal, que tienen que afrontar las repercusiones de esta decisión. El excelente equipo ha brindado un servicio de calidad y dedicación a la denominación. Ellos merecen su aprecio, apoyo y oraciones, ahora más que nunca. Les pido que les brinden el mismo apoyo y ánimo que me han dado a mí durante estos últimos nueve años. Oro para que el Concilio de Delegados revoque su decisión de retirar los fondos a The Banner.

Gracias a todos nuestros lectores por su fiel apoyo y sus oraciones. Que Dios bendiga a la ICRNA para el reino de Dios. Agradezco el honor de haber servido en este puesto.

A todos, incluidos los que se han opuesto a mi trabajo: «El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y te extienda su amor; el Señor mueva su rostro hacia ti y te conceda la paz» (Núm. 6, 24-26). Amén.

 

We Are Counting on You

The Banner is more than a magazine; it’s a ministry that impacts lives and connects us all. Your gift helps provide this important denominational gathering space for every person and family in the CRC.

Give Now

X