Generaciones

Mi bisabuela paterna nació en 1899. Vivió dos guerras mundiales, la invención de los aviones a motor, la llegada del hombre a la Luna y la aparición de la computadora personal. Mis abuelos formaron parte de lo que Tom Brokaw llamó «La Generación Más Grande» y vivieron la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.

Mis padres son baby boomers, formados durante la agitación cultural y política de los años sesenta, incluida la guerra de Vietnam. Yo pertenezco a la Generación X y recuerdo la explosión del transbordador espacial Challenger, el 11 de septiembre, la Gran Recesión y Donkey Kong. Mis hijos pertenecen a la Generación Z y nunca han vivido sin Internet.

Si ha inmigrado a EE.UU. o Canadá desde otro país, quizás estas diferencias generacionales también incluyan expresiones de su experiencia de inmigración. Algunos recordarán haber aprendido un nuevo idioma y haber hecho la transición de adorar únicamente en su lengua materna a hacerlo solo en inglés. Otros quizá ya no hablen el idioma de sus padres y abuelos.

La cultura pop nos dice que nuestras generaciones se definen por características como la frugalidad, el trabajo duro, la ruptura de los límites sociales, la lucha por comprar una primera casa y el uso de las redes sociales.

Soy un poco cínico respecto a estos estereotipos. En mi experiencia, los acontecimientos que nos moldean suelen ser más concretos: la muerte de un hermano o de uno de los padres, una mudanza inesperada durante la secundaria o nacer con una discapacidad, por ejemplo.

La Escritura nos habla de una medida para las generaciones: La fidelidad de Dios. En Deuteronomio 7:9, Moisés dice a Israel: «Por tanto, reconoce que el Señor tu Dios es el único Dios, el Dios fiel, que cumple su pacto por mil generaciones y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos» (Deut. 7:9). El Salmo 100:5 proclama: «Porque el Señor es bueno, su gran amor perdura para siempre y su fidelidad permanece por todas las generaciones.». Lucas 3:23-38 enumera 77 generaciones entre Adán y el nacimiento de Jesús para recordarnos la gran fidelidad de Dios a través de los tiempos al traer al mundo al Mesías prometido.

No siempre (o nunca) ha sido fácil vivir una vida de fe. Nuestra fe ha sido puesta a prueba en algún momento. Tal vez algunos de nosotros nos hemos alejado de Dios durante una temporada. Pero las grandes promesas de Dios, selladas en nuestros bautismos, han resistido la prueba del tiempo. En un momento en el que muchas familias, iglesias y otras instituciones cristianas atraviesan dificultades, puede ser fácil olvidar esta profunda reserva de alimento espiritual. De generación en generación, el Señor nuestro Dios ha sido y sigue siendo total y completamente fiel.

A partir de la segunda mitad de 2025 y hasta 2026, la Iglesia Cristiana Reformada de Norteamérica celebrará el 150 aniversario de nuestras dos instituciones denominacionales de educación superior: Calvin University y Calvin Theological Seminary. Estas dos instituciones han sido una gran bendición para la gente de la ICR, incluyéndome a mí, ya que nos han formado y moldeado para la vida, las carreras y el ministerio.

Estoy muy agradecido por las generaciones de iglesias y familias cristianas reformadas fieles que han dado sacrificialmente su talento, tiempo y recursos para que estas instituciones continúen floreciendo. También quiero expresar mi agradecimiento a los sabios y apasionados profesores y miembros del personal que bendicen a generaciones de estudiantes de la ICR al compartir su amor por la iglesia de Dios y el mundo. Esperamos con emoción escuchar historias de Calvin University y Calvin Theological Seminary en los próximos 12 meses, mientras celebramos este hito.

En julio de 2025, la Iglesia Cristiana Reformada de la República Dominicana celebrará su 50 aniversario. La denominación comenzó cuando los inmigrantes haitianos cortadores de caña de azúcar empezaron a escuchar «La Hora de la Reforma», el programa radial en español de The Back to God Hour (ahora ReFrame Ministries). A través de la bendición del Espíritu, el arduo trabajo de los líderes locales y el apoyo de nuestras agencias denominacionales CRCNA (ReFrame Ministries, Resonate Global Mission y World Renew), hoy la denominación comprende más de 200 congregaciones y 12,000 miembros, la mayoría de los cuales son de ascendencia haitiana.

Es cierto que algunos de nosotros sentimos nostalgia de nuestras viejas computadoras o consolas de videojuegos, de nuestros antiguos estilos de peinado o calzado. Pero de lo que dependemos es de la fidelidad de Dios a sus promesas. En las palabras del hermoso himno «Te alabaremos, Dios y Rey»: “Una generación dirá a la siguiente: ‘Nuestro Dios es bueno, y su mano es fuerte’. Todo el mundo canta sus maravillas, y nuestras voces se unirán a las suyas en la canción”.