Skip to main content

La pandemia global COVID-19 ha afectado dramáticamente la vida de todos. En The Banner estamos orando por todos, y especialmente por los trabajadores del sector de salud que están al frente de la batalla, en estos tiempos difíciles. The Banner también se ha visto afectada por la pandemia. Escribí al respecto en una publicación del blog Behind The Banner.

Mentiría si dijera que no estoy preocupado o estresado por esta pandemia y sus consecuencias sociales y económicas. Pero no estoy entrando en pánico o acaparando cosas porque confío en Dios. Sin embargo, también sigo los lineamientos de mi departamento de salud pública local en cuanto al distanciamiento social y otras precauciones. Existe una línea entre confiar en Dios y poner a prueba a Dios para protegernos. Jesús se negó a poner en peligro su vida de manera imprudente para poner a prueba la promesa de protección de Dios (Mateo 4:5-7).

Estoy siendo cuidadoso no sólo por mi propia vida, sino por amor a los demás, y en especial por mi familia. Como cristianos, nuestra respuesta a esta pandemia no debe ser impulsada por el miedo sino por el amor al prójimo, y en especial los más vulnerables entre nosotros.

Si actuamos por amor, no trataríamos de culpar o usar como chivo expiatorio a otros por esta pandemia. Los actos racistas hacia los asiático-americanos han aumentado desde marzo, ya que muchos los culpan por el virus. Cuando sus discípulos le preguntaron a Jesús que quién pecó para que el hombre naciera ciego, Jesús se negó a jugar el juego de la culpa y más bien enfatizó llevar a cabo la obra de Dios (Juan 9:1-7). Este virus no respeta etnias ni fronteras. Debemos trabajar en solidaridad para combatir esta amenaza común.

Dada la interrupción a nuestras prácticas normales debido a las restricciones físicas del distanciamiento, esta crisis podría de hecho ofrecernos oportunidades para aprender y crecer.

La iglesia podría necesitar volver a aprender lo que significa ser la iglesia en vez de simplemente hacer iglesia. ¿Es este el momento de alejarnos de nuestra sobredependencia del edificio de la iglesia? ¿Podemos recapturar el ethos de la iglesia doméstica del Nuevo Testamento? ¿Necesitan los padres cristianos redoblar sus esfuerzos por formar la fe de sus hijos en casa en lugar de recurrir a "expertos" en la iglesia? ¿Pueden los hogares cristianos reimaginarse a sí mismos, como los puntos focales de la misión de Dios en sus vecindarios, en lugar de los edificios de la iglesia?

La tecnología, especialmente el internet y el video, es una bendición para muchos de nosotros en este momento. Pero debemos tener cuidado de no depender demasiado de la tecnología, especialmente porque no todos tienen el mismo acceso a ella.

En estos tiempos de incertidumbre, puede que cada cristiano necesite volver a aprender lo que significa confiar en Dios en lugar de confiar en nuestros logros económicos o sociales. El distanciamiento social nos da la oportunidad de examinarnos a fondo para ver si amamos a Dios más de lo que amamos ir a la iglesia.

Una lección que todos podemos aprender de esta pandemia cuánto carecemos de control. Este pequeño virus ha desenmascarado nuestras ilusiones al respecto. Estamos perdiendo el control de nuestros trabajos, nuestra vida social, incluso de nuestra iglesia. Nuestros mejores planes están deshechos. Nuestros mecanismos de control normales no están funcionando. Y por eso tenemos miedo.

En la Biblia, Dios a menudo nos dice que no tengamos miedo porque, aun cuando no estamos en control, Dios sí lo está. Jesús, que nos ama tanto que murió por nosotros, está en control. Y como nos prometió: "Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20).

We Are Counting on You

The Banner is more than a magazine; it’s a ministry that impacts lives and connects us all. Your gift helps provide this important denominational gathering space for every person and family in the CRC.

Give Now

X